Si eres de esas chicas que se
maquillan a diario y que pretenden obtener un acabado muy natural y para nada
pesado, este es tu maquillaje: Dual Balancing Foundation de Shiseido.
Dual Balancing Foundation es un fondo de maquillaje fluido de larga duración con SPF 15 que se adapta a las
necesidades específicas de la piel de cada zona del rostro, regulando el exceso
de grasa para evitar los brillos e hidratando las zonas con mayor sequedad
gracias a su Sistema de Equilibro Óptimo. Minimiza la apariencia de los poros dilatados
y homogeniza el tono de la piel. Su cobertura
es media y su acabado es mate. Está
pensado para ser aplicado sobre pieles
normales a grasas. Elimina los brillos e hidrata la piel. Es oil-free y no
comedogénico.
En cuanto a los tonos, se dividen en dos: los Ivory (I) y los Beige(B). La
diferencia está en que los Beige son algo más rosados que los Ivory. Podemos
encontrar un total de ocho: I20, I40, I60, I80, B20, B40, B60 y B80.
Mi opinión sobre el producto.
Hace ya dos meses que utilizo
este maquillaje fluido y, la verdad, puedo aseguraros que es la mejor base que
he probado nunca.
Antes de utilizar esta, estuve
con otra de la misma casa, la Perfect Refining. La Perfect
Refining tenía un acabado bastante natural y era un poquillo más cubriente que la
Dual Balancing, pero tenía un gran inconveniente para mi piel: ¡no era OIL-FREE! Me la habían vendido como
libre de aceites, pero un día se me dio por leer el envase y vi que no era así,
así que decidí cambiarla. Mi piel es grasa en la nariz y las mejillas y con
tendencia a algún que otro granito – y muchas veces más que a “alguno que otro”-,
por lo que esta base no me beneficiaba para nada. La notaba muy pesada al pasar
las horas y me sacaba bastantes brillos por esas zonas que os comenté que tengo
más grasas.
Como siempre he confiado bastante
en Shiseido, fui directamente en busca y captura de una nueva base oil-free de
esta casa que se adaptara más a las necesidades de mi piel. Así es como conocí
la Dual
Balancing. De precio estaba más o menos como la Perfect Refining, sobre
los 40 euros aproximadamente –a algunas puede pareceros bastante cara, de hecho
lo es, pero si te lo puedes permitir o puedes hacer un pequeño esfuerzo, no
dudes en buscar la calidad en tus productos de maquillaje-.
A pesar de ser morena, la piel de
mi cara es bastante blanquita en invierno, por lo que el tono que mejor se me
adapta es el I40.
Lo primero que me llamó la
atención fue que tenía una textura bastante líquida y muy muy suave. Además, se
extiende tan bien, que decidí dejar de lado mi esponjita y trabajarlo directamente con los dedos: cojo un poco de producto, lo caliento unos segundos
entre las manos y voy aplicando con pequeños golpecitos desde la parte más
interior del rostro hacia la más exterior, para luego extender en este mismo
sentido. A diferencia de la Perfect Refining –tenías que ser algo rápida, sino
se secaba-, puedes trabajarla el tiempo que necesites para distribuirla por
toda la cara.
En cuanto a la cobertura,
Shiseido dice que es media, aunque yo la definiría más bien como “modulable”:
cuando tengo marcas de granitos o granitos que se notan más, utilizo más
producto que de costumbre y la cobertura es mayor. De todas formas, si quieres
que tu base de maquillaje te disimule completamente las
imperfecciones, la Dual Balancing no sería la más adecuada para ti: cubre, pero no del
todo; el acabado es, como os comenté anteriormente, muy natural.
Para prevenir los posibles
brillos que me puedan salir, siempre sello la base con los polvos mosaico iluminadores de la marca Avène –de los que
hablaré en una de mis próximas entradas-. De esta forma, aguanto sin ningún
tipo de brillo aproximadamente unas 5 horas. Tras este tiempo, lo que hago es
pasarme un pañuelo o un trocito de papel higiénico por las zonas en las que me
hayan salido brillos y vuelvo a fijar con un poquito de los mosaico, llegándome a aguantar así unas 5 horas más.
En cuanto a la sensación de
pesadez de cara –sensación que solo hace que desees llegar a casa para poder
desmaquillarte-, apenas la noto con esta base. Solo la noto si me maquillo muy
temprano por la mañana y llegan las 11 de la noche y aún sigo con el maquillaje
puesto.
Solo tiene un INCONVENIENTE y es el
envase. Como pudisteis ver en las fotos, se trata de un envase de cristal
alargado, con tapón negro. Me pareció bastante bonito a simple vista, pero fue
abrir el tapón y ¡SORPRESA!, no tiene dosificador. Abres el tapón y te
encuentras un agujero –me recordó al del Double-Wear de Estée Lauder-. Por este
motivo, tienes que andar con tiento si lo que quieres es utilizar un poquito de
producto, ya que si no tienes mucho cuidado te sale mucha cantidad.
En conclusión, es una base que
sinceramente recomiendo si lo que quieres es un acabado natural y nada pesado para
tu día a día o si quieres cubrir ligeramente las imperfecciones y controlar esos
molestos brillos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario