Como se
acerca Semana Santa y probablemente vayáis a reuniros con amigos y/o familiares,
he pensado en dejaros una receta de galletas de avena y miel que hice por
primera vez en Navidad y que tuvo bastante éxito.
La receta es
muy sencilla: no requiere amasado. Además, no lleva lácteos y tampoco huevo,
por lo que aquellas personas que no toleren bien estos alimentos o sean
alérgicos a ellos, podrán tomar estas galletas sin problemas.
Ingredientes
220 gr de harina de trigo.
2 cucharaditas de levadura
química.
125 gr de azúcar.
150 ml de aceite de
girasol.
150 gr de copos de avena.
100 ml de miel.
100 ml de leche de avena.
½ cucharadita rasa de canela en polvo.
100 ml de leche de avena.
½ cucharadita rasa de canela en polvo.
1 cucharadita de esencia de
vainilla o 2 de azúcar avainillado.
Para decorar: en mi caso, utilicé chocolate negro rallado y mermelada
de fresa.
Preparación
Precalentamos
el horno a 180º por arriba y por abajo y sin la bandeja. Sobre esta,
colocaremos un trozo de papel de horno.
En un bol,
echamos la harina tamizada, la levadura, los copos de avena y el azúcar y mezclamos
con una cuchara de madera (yo troceé un
poco los copos con un molinillo porque me gustan más así, pero se puede hacer
con el copo entero).
A la mezcla
anterior, añadimos el aceite de girasol, la leche de avena, la esencia o azúcar
de vainilla, la miel y la canela. Batimos bien con una batidora.
El resultado
será una masa homogénea y bastante pegajosa.
Con una
cuchara sopera cogemos un poco de masa (más o menos hasta llenarla) y colocamos
las porciones en el papel de horno que previamente pusimos en la bandeja. Las
debemos colocar con cierta distancia unas de otras para que no se peguen, ya
que cuando se hornean aumentan un poquito de tamaño (si no dejamos un espacio
suficiente entre unas y otras, las porciones se acabarán por unir durante el
horneado y al abrir el horno nos encontraríamos con ¡una galleta gigante!). Una
vez tengamos todas las porciones colocadas sobre la bandeja, ponemos un poquito
de mermelada de fresa en el centro de algunas de ellas, en otras rallamos encima
un poquito de chocolate negro y otras las dejamos sin ingrediente extra (yo lo
hice así para conseguir un “variado”, pero podéis hacer todas con mermelada,
con chocolate o sin nada).
Horneamos
durante unos 15 minutos.
Una vez hechas, las retiramos del papel con una espátula
(con mucho cuidado, para que no se rompan) y dejamos enfriar en una rejilla.
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¡Listo! ¿No
os parece muy sencilla de hacer? Además, son unas galletas que se hacen en muy
poquito tiempo y su aspecto es más que apetitoso.
Y como yo
siempre digo: “para muestra, un botón”. Aquí os dejo una foto de cómo han
quedado las mías en una de las tandas que hice en el mes de diciembre:
AVISO: una lleva a la otra y os recomiendo (por experiencia propia) que os controléis, porque llevan muchos ingredientes y si te descuidas acabas un poco bastante empachado.
Animaos a hacerlas porque salen riquísimas.
Espero vuestra experiencia con la receta y su resultado aquí debajo, por facebook o por twitter.
Animaos a hacerlas porque salen riquísimas.
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